“LOS RUSOS Y MARTINEZ SORIA”
|
|
El correo español, 21 de agosto de 1971
Paco Martínez Soria en cualquier obra es, por
si solo, un espectáculo, y un espectáculo valiosísimo y en los
mejores casos ejemplar para entendimiento de lo que debe ser el arte
interpretativo. Ahora, que tanto se habla, se usa y abusa de eso que
las generaciones de aficionados jóvenes llaman “expresión corporal”,
convendría considerar hasta que punto la expresión corporal, la
mímica, incluso el malabarismo, tienen en Martínez Soria, un maestro
del que nuestros jóvenes podrían aprender mucho sin renunciar a sus
postulados de “exigencia”. Una anécdota para ilustrarlo. Me han
contado que con una ocasión de una visita realiza a España por
varios artistas rusos, durante su estancia en Madrid rogaron al
director del Teatro Nacional Maria Guerrero, José Luis Alonso, les
acompañara en recorrido por todos los teatros de la capital para
presenciar, reloj en mano y solamente durante diez minutos, las
funciones que se estaban celebrando con objeto, sin duda, de
comprobar, “de visu”, la calidad y forma de las diversas
representaciones, especialmente la actuación de los interpretes, ya
que el idioma les era inaccesibles para la comprensión de las obras.
De aquí el puntual y curioso itinerario contrarreloj. José Luis
Alonso cumplió con exactitud el encargo advirtiendo a sus
acompañantes, en cada local visitado, el vencimiento del plazo
fijado. Llegaron al Teatro Eslava, donde Martínez Soria representaba
la comedia de turno, y cuando Alonso les invito a abandonar el local
para continuar la ruta establecida, respondieron los artistas rusos
poco mas o menos: “ Perdón. De aquí no nos movemos. Este actor nos
interesa extraordinariamente, aunque no entendemos lo que dice”.
Hasta aquí la verídica anécdota que puede servir para aleccionar a
esa minoría “snob” que, con su desdén o su silencio pretende negar a
Martínez Soria el pan y sal.
|
|